Las matemáticas siempre me dieron miedo, pero ahora, al resolver ejercicios de fracciones y ver cómo se aplican en la vida diaria, me siento tan orgulloso de mí mismo. ¡Quién iba a decir que hasta disfruto calcular el descuento de las compras!
Los sábados son nuestro momento especial. Mi sobrina y yo estudiamos español juntas, jugamos con palabras nuevas y después escribimos mini cuentos. Es lo que más me gusta de la semana, siempre terminamos riendo y aprendiendo.
Aprender se ha vuelto parte de mi rutina diaria, como el café. Ahora estoy con programación básica y me encanta ver cómo puedo crear algo desde cero. Me despierta, me activa y me hace sentir muy capaz.
Después de comer, mi nieto y yo nos sentamos a ver videos sobre ciencia. Él aprende tan rápido y me encanta ver cómo se emociona al entender cómo funciona el cuerpo humano. ¡Esos momentos compartidos son un tesoro!
Cuando mis hijos me dicen “¿Estudiamos juntos?”, me doy cuenta de que esta plataforma les ha despertado algo hermoso: la curiosidad. El otro día aprendimos sobre cómo protegernos en internet. ¡Ahora incluso me corrigen si pongo contraseñas débiles!
Mi hijo llega del colegio, se cambia y lo primero que hace es ponerse a jugar con actividades de programación. Está tan enganchado creando su primer juego que yo también me emociono con él.
Lo mejor es que puedo aprender a mi propio ritmo. Estoy con educación financiera y me encanta entender mejor mis gastos e ingresos. Cada día avanzo un poquito, y eso me hace sentir bien conmigo misma.
En casa solo tenemos una tablet, pero la usamos todos para aprender. Compartimos actividades de ciencias, juegos de matemáticas y tips de ciberseguridad. Es como un miembro más de la familia, junto al mate y la comida del domingo. ¡Nos une de una manera especial!
Con cada nuevo conocimiento, me siento más segura de mí misma. Estoy aprendiendo a reconocer fraudes en línea y cómo proteger mis datos. Antes dudaba mucho de lo que era capaz, pero ahora siento que puedo cuidar de mí y de los míos.
Mi hijo solía perder el interés rápidamente, pero ahora se concentra tanto en lo que está aprendiendo. Ayer me explicó cómo se hace un presupuesto familiar. ¡Es una felicidad ver esa pasión y responsabilidad crecer!
Antes estudiar era una obligación, algo que había que hacer. Pero ahora, cuando me levanto, lo primero que quiero es ver qué puedo aprender hoy. Hoy fue sobre los riesgos de compartir información en redes sociales. ¡Es como abrir un regalo cada mañana!
De pequeña las ciencias me parecían un misterio, pero ahora las entiendo, me divierten y hasta se las explico a mi hijo. El otro día hablamos de los volcanes, y él no paraba de hacer preguntas. ¡Fue tan gratificante ese momento!
Con mi hermana nos pusimos un desafío: aprender algo nuevo cada día. Esta semana tocó programación y nos divertimos mucho haciendo un pequeño quiz interactivo. ¡Es una competencia sana que nos motiva a seguir adelante!
Después de cenar me tomo un momento para mí, para aprender en paz. Estoy con un curso de español avanzado, y me relaja más que cualquier programa de televisión. Me siento tan tranquila y contenta de invertir ese tiempo en mí.
Me encanta que aprender aquí se siente tan fácil. Todo está tan bien diseñado que me invita a entrar cada día, con curiosidad y una sonrisa. Esta semana descubrí cómo hacer compras en línea de forma segura. ¡Es un espacio que realmente disfruto!